jueves, 12 de julio de 2012

Erasio Unavez



 Erasio Unaves viajaba en su moto. Iba a visitar a su novia, Quepón Goén Elcartel, que estudiaba diseño multimedia en la facultad. El jefe de Erasio, el más grande fabricante de tapas para botellas de gaseosa del país, lo había mandado con unos papeles para que entregara a unas cuadras de su trabajo. El mensajero amaba la velocidad, por lo que se subió a su moto y, sin casco, recorrió las calles de la ciudad. Su larga barba flameaba sobre sus ojos de cuando en vez, obstaculizando su visión. Esto le parecía un acto rebelde: viajar con su barba al viento, demostrando toda su virilidad. En eso estaba el pobre Erasio cuando un Scania 2007 que venía a toda velocidad por la calle perpendicular a la que transitaba el mensajero impactó contra su moto, arrastrándolo dos cuadras y media.
En rehabilitación, Erasio me contó cómo vivió los sucesos:
“ En un tamoment supe la tragediza que estaba por suceder. Sentí las trincas salir por mis josaer y caer al suelo. Cuando el mionca me impacrotó sentí mi estrombolo detenerse. Yo iba trancapanca a visitar a Quepón, y ese imbécil, además de tirarme a la damier, me destrozó la ciclomoleitor. Está chapaleta, ¡¿cómo va a cruzar asi!? Es cierto, yo no tenía cascarón, pero él cruzo de una manera muy idiotini, como mi amigo Gonzalo, que es de hacer esos sinencefaleses. Osea, vosem colochin? Sensa terra! ¿Usted cree suprefamente que el juicio lo gano yo? Yo se que cometí un descuido al ir sin cascarón, pero el que está en el hospitorio soy yo, y él no sufrió ningún risgungango. Nicolino Rochi, el medicador, me dijo que me pondría bien, pero a mí me dulcera todo. Nunca más salgo sin cascarón. Nunca más salgo. Nicolino me va a dar salida el veinticinco de Marcos, pero todavía falta muito. I see that my pencilcase is not in my bag, me la deben haber afarrobado. No sé quién la querría. Para la próxima, si es que vuelvo a salir, debería curticharme las crenchas, que no me dejan visilar nada cuando voy en la ciclomoleitor, por la ventilada, viste. Ahora en lo único que pienso es en mi verganza, y en que me den una buena recompensa.”
Yo me sentí muy mal cuando escuché todo esto. Además, el fue muy ilustrativo con su descripción de lo sucedido. El juicio está bastante avanzado, pero quién sabe qué recibirá Erasio… Quizás le den su pencilcase.

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